En el centro de la escena, donde se focaliza toda la atención, se encuentra santa Ana con san Joaquín, sentado junto a ella. La santa apoyada en unos almohadones rojos sostiene a la pequeña que, en un gesto emotivo y a la vez lleno de naturalismo, trata de asir la vara de flores blancas, símbolo de la pureza de María, que san Joaquín, sentado en un gran sillón de potentes curvas talladas, sostiene con su mano. La Virgen niña acerca su mano a la de su padre y casi las une. Los santos están representados, siguiendo la tradición, de edad avanzada. Santa Ana cubre su cabeza con el característico manto que cierra bajo el cuello, mientras que san Joaquín lleva un tocado a modo de turbante, muy frecuente en la pintura y escultura barroca sevillanas. No pasa inadvertido que, a pesar de ser de corta edad la niña representada, su aspecto no corresponde al momento de su nacimiento. Alrededor de los protagonistas un grupo de personajes contempla la escena, mientras que una de las mujeres acude con un recipiente con comida, tal como se puede observar en este tipo de representaciones. En el aire, un grupo de querubines se mueven contemplando la escena, mientras un ángel sostiene un gran paño que despliega a modo de cortinaje. En el primer plano, otros ángeles juegan delante de la santa que ha dado a luz.
AUTOR: Juan de Valdés Leal
CRONOLOGIA: 1686
TIPOLOGIA: Pintura
TECNICA: Oleo sobre lienzo
DIMENSIONES: 120 x 142 cm
TEMPERATURA /HUMEDAD: 23.8/56ª
ESTADO DE CONSERVACION: Buen estado de conservación
PROCEDENCIA: Córdoba
UBICACION: Galería
OBSERVACIONES: Se expone por primera vez