Es un retrato excelente hecho a base de pinceladas seguras que modelan perfectamente el rostro descarnado en el que la piel se pega a la estructura ósea que recubre, cosa lógica al estar basado en una mascarilla mortuoria. Un foco de luz situado a la izquierda ilumina poderosamente este lado de la cara aunque establece una gradación de arriba abajo destacando aún más la enorme frente en alusión a la inteligencia del personaje y en ella se aprecia el más mínimo detalle del modelado. Cobijados bajo lo que debieron ser unas poderosas cejas, unos ojos vivísimos miran directamente al espectador, cosa curiosa al tratarse de un retrato póstumo. La descarnada nariz en punta proyecta una gran zona de sombra sobre la mejilla izquierda del marqués, lo que contribuye a atraer la atención hacia el ojo iluminado que queda por encima. Por el contrario, la boca desdentada queda bastante desdibujada al estar en un plano un poco hundido. Meléndez demuestra aquí su excelente calidad como pintor de retratos y como tal lo debían considerar en su época al encargarle el de un personaje tan importante.
AUTOR: Miguel Jacinto Meléndez
CRONOLOGIA: 1729
TIPOLOGIA: Pintura
TECNICA: Oleo sobre lienzo
DIMENSIONES: 61x51cm
TEMPERATURA /HUMEDAD: 23.8/56ª
ESTADO DE CONSERVACION: Buen estado de conservación
PROCEDENCIA: Córdoba
UBICACION: Galería
OBSERVACIONES: Expuesto en el Museo de Bellas Artes de Asturias, Museo de Bellas Artes de Bilbao y Museo de Bellas Artes de Valencia